El impresionante accidente de Santiago ha puesto en entredicho como nunca la seguridad de la red ferroviaria española. Ello tiene que ver con las circunstancias específicas de la tragedia: línea de reciente construcción y de transición a la alta velocidad, con un servicio de larga distancia prestado por una máquinaria de tecnología híbrida y anunciado en su día a bombo y platillo como es habitual.

Son muchas las especulaciones surgidas en las redes sociales, así como raudas las posturas oficiales de RENFE y ADIF sobre las responsabilidades específicas del suceso.

Se adjuntan dos vídeos muy ilustrativos para que podamos hacernos a la idea del contexto en que nos movemos. En el primero (15 minutos) se muestra una explicación en cabina del funcionamiento, entre otros aspectos, de los sistemas de seguridad más comentados del momento: ERTMS y ASFA.


En el segundo vídeo podemos ver el viaje entre Ourense y Santiago por la línea siniestrada. El paso por la desgraciada curva de A Grandeira se puede apreciar a partir del min. 30:00; desaceleración y paso por túneles hasta alcanzar la señal de RGC, que indica cambio de regulación viaria. La desaceleración del tren es palmaria antes de entrar en los túneles.

 

Ambos vídeos se graban dede un tren de alta velocidad, no un híbrido como el que prestaba el servicio ALVIA que nos toca analizar. Dan buena muestra de como serían las maniobras en el caso del accidente de Santiago y del uso de las señalizaciones acústicas en cabina en una aproximación a estación en alta velocidad ferroviaria. Por tanto indican los máximos de seguridad del sistema ferroviario en España.

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