El tren entre Vigo y Oporto, una cuestión retórica

DENDE O SEIXO POR LOURIÑA_ON

El anuncio de la operadora ferroviaria lusa Comboios de Portugal para dejar de prestar el servicio ferroviario entre Vigo y Oporto no pilla a nadie por sorpresa. En el año 2005 ya lo intentaron. Razones no faltan pues las dos conexiones diarias por sentido no son rentables porque básicamente no generan demanda.

Dejémonos de frivolidades. El tren entre Vigo y Oporto no funciona porque la duración del viaje y los horarios propuestos resultan disparatados en los tiempos que corren. Aunque por otro lado, asumir la supresión del tren Vigo-Oporto como algo racional y conformarse con el autobús como alternativa al vehículo privado, resulta cuando menos irritante.


A la izquierda el tren Vigo-Oporto (Septen Trionis).


¿Que se ha hecho por revitalizar este servicio desde el año 2005? Nada. Las voces que ahora se echan las manos a la cabeza no se implicaron en absoluto. El ferrocarril es el medio de transporte ideal para conexiones regionales y, sin embargo, parece inevitable recurrir al AVE para que el tren sea competitivo con las autopistas entre Vigo y Porto. ¿Hay alternativas a un lejano AVE para revitalizar el tren en la euroregión Galicia-Norte de Portugal? Claro que si y, además, resultan necesarias.

Comboios de Portugal o RENFE: por un Vigo-Oporto competitivo

No hace falta mejorar el tiempo de viaje de las autopistas. Una mejora del servicio en dos fases bastaría para recuperar su cuenta de explotación, entendiendo que a falta de un estudio de mercado consideramos que esto así sea.

En primer lugar, sustituir los actuales trenes de Comboios de Portugal por automotores diesel modernos, del tipo 598 o 599 que usa RENFE, los cuales permitan explotar velocidades punta de 160km/h en los tramos renovados del trayecto (Vigo-Tui y Viana-Oporto). Además, habría que reducir el elevadísimo número de paradas. Luego racionalizar horarios y frecuencias, ampliando a cinco o seis las conexiones diarias por sentido.

En segundo lugar, más a medio plazo, renovar el vetusto tramo entre Valença y Viana, incluyendo la electrificación íntegra de la línea, lo cual permitiría reducir costes de explotación al incorporar trenes eléctricos como los de las series 470 o los modernos 449 de RENFE. Este sería el apartado de inversiones, las cuales permitirían disponer de un digno servicio de menos de dos horas entre Vigo y Oporto con cinco o seis paradas intermedias (actualmente son 15).

En esta segunda actuación ya nos las veríamos con los respectivos gobiernos de España y Portugal y su voluntad presupuestaria, pero para ir tirando con algo decente solo hace falta apretar las orejas a las compañías ferroviarias.



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