Estudiar en la UVIGO = ¡Búscate la vida chaval!

Alternativas, esa es la clave. Cuestión de la que careces si no vives en Vigo y tienes que desplazarte durante la semana para estudiar o asistir a clase en el centro universitario de Vigo (CUVI). El que más y el que menos se ha ido buscando la vida, ya que si vas a gastar lo mismo que yendo en coche y no tienes una frecuencia de autocares y con diferentes paradas, pues eso. Vehículo propio o con el de algún compañero, la cuestión es evitar un deficiente servicio de autobús. Y así es por culpa de una administración anestesiada con proyectos de altas velocidades, junto a la no conveniencia de las empresas concesionarias. Estas poniendo unos minimísimos servicios y usando el argumentillo de lo deficitario que es el transporte (que risa, claro que los es) pues sobreviven a cuenta de las suvbenciones.

Antes desde Porriño había tres servicios de ida (08:30, 13:30, 15:30) y tres de vuelta (14:00, 16:00, 21:00) ofertados por Vda. Dominguez y con algún descuento mensual. En Mos algo similar hacía Empresa Raúl. Era poco, pero funcionaba cuando en la universidad había muchos más estudiantes que hoy en día. Actualmente y con las renuncias de Monbús y Empresa Raúl a continuar los servicios citados, la oferta se reduce a las líneas que de paso cubren Ojea desde Ponteareas y ATSA desde A Guarda. Por supuesto que los bonos descuento se han perdido y los horarios de ida y vuelta son menores. Vamos, que un estudiante de Mos o Porriño en estos momentos solamente "goza" de dos servicios de ida y dos servicios de vuelta, los cuales usados cinco días a la semana suponen un gasto por estudiante de 46 Euros al mes . Esto teniendo en cuenta que vivas en el entorno de la única parada por municipio de la que se dispone y no debas desplazarte a la misma.

Si no hay un potencial muy grande de usuarios por la baja matriculación que sufre la universidad hoy en día, se puede recurrir a servicios continuados de microbús. Con tres o cuatro combinaciones de mañana y tres o cuatro de tarde, más unas tarifas atractivas, se podrían ganar muchos pasajeros y se le ofrecería un servicio idóneo a quien no tenga coche propio, además de seducir a quien si disponga de ello. Luego habría que definir las rutas y el número de paradas. La pelota está en el tejado de las administraciones, las cuales pasan de todo menos de suvbencionar los ridículo-mínimos servicios existentes. Y también habrá que responsabilizar a la propia universidad, pues legalmente comparte responsabilidad de proporcionar un servicio de transporte adecuado a sus más fieles clientes: los alumnos.

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